Hablamos de la Guerra de la Independencia española. Un pueblo que no acepta ni se somete al yugo opresor de la Europa Napoleónica, protagoniza una feroz resistencia en nuestra zona, donde se suceden diversas refriegas y escaramuzas, siendo el cerro de La Pinosa en Mijares, el punto que serviría de base de operaciones al más belicoso guerrillero del Tiétar, el párroco de Higuera de las Dueñas, Miguel de Quero. Desoyendo la evangélica actitud de “poner la otra mejilla”, el patriótico clérigo formó una partida conocida como “Voluntarios de la Cruzada del Tietar”. En sus filas se enrolaron 600 infantes y 100 jinetes, llegando en su hostigamiento a los gabachos hasta bien entradas las meridionales tierras de Extremadura.

Y es que se conoce que Mijares tiene algo que vuelve a la gente belicosa, y más aún el que está siendo tratado Cerro de La Pinosa, desde donde otro guerrillero, esta vez con propósitos menos loables vuelve a tramar sus acometidas. Blas García, “El Perdíz”, carlista de oficio que no debía ser poca empresa, encabeza sucesivos ataques contra Arenas de San Pedro, en Julio y Junio de 1838. En la primera acometida se deshace del cabeza de partido, y no contento, ataca una segunda vez, en la cual liquidó, además a los milicianos fieles al gobierno de Isabel II. No sabemos si por justicia divina, por egoísmo a la hora de repartir un botín, o un mero coscurro de pan, el cadaver del sanguinario guerrillero-bandolero aparece desnudo en Higuera de las Dueñas.

Acabo con un pequeño pensamiento utópico, que se traduce en creer que la cultura popular no falla, y si es cierto por tanto que no hay 2 sin 3, espero, a no tardar mucho, que algún envalentonado de la comarca se suba a La Pinosa, y nos guíe a una nueva reconquista.




Pedro Velarde, uno de los héroes de aquella guerra.




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